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| Skinhead-Removes-Tattoos |
Bryon Widner, durante años "enforcer" para algunos de los racistas más notorio de los Estados Unidos grupos, rechazó sus creencias tras casarse pero luchó para conseguir un empleo debido a su apariencia.
Fue tan desesperado por ocultar sus tatuajes que incluso contempló con ácido afean a sí mismo, pero finalmente encontró a un patrocinador para el tratamiento de láser caro.
El proceso, que costó \$32,400 (£ 20.233), fue tan doloroso que tuvo que ser puesto bajo anestesia general cada vez y tardó 25 operaciones durante 16 meses antes de que fue completa.
Ahora su rostro es totalmente clara y sin cicatriz y su cabello ha crecido de vuelta.
Sus brazos y torso son todavía ampliamente tatuados, pero él es tinta sobre los diseños "políticos" como relámpagos Nazi.
El ex racista, uno de los fundadores de la banda Vinlanders de cabezas rapadas en Ohio, solía tener esvásticas marcados en su cuero cabelludo, así como odio estampada en sus nudillos, "Sangre y honor" en su cuello y "Thug Reich" en su estómago.
Una flecha negra, apuntando hacia arriba, también fue grabada en su frente como símbolo de su disposición a morir por su raza.
Él y su esposa Julie, un ex miembro de la Alianza Nacional, comenzaron a cuestionar sus creencias, después de que se casaron en 2006 y fueron elevando tres hijos de Sra. Widner y un bebé de su propio.
Señor Widner envió su "parche" a su grupo de cabezas rapadas y tiró todas sus pertenencias que denota su vida anterior en una hoguera, pero la pareja luchó para encontrar una solución para sus tatuajes faciales.
Ellos barrieron la internet pero la cirugía fue tan complicado y costoso que comenzaron a investigar las posibilidades de fabricación caseras.
Dijo: "Estaba totalmente preparado para inundar mi cara en ácido".
Finalmente, se pusieron en contacto con el centro de derecho de la pobreza del Sur que se convenció de la pareja eran auténtica y encontrar un patrocinador para pagar el tratamiento.
El donante, dijo: "Para que él tener alguna oportunidad en la vida y hacer el bien, yo sabía esos tatuajes tuvieron que desprenderse".
El Dr. Bruce Shack, del departamento de cirugía plástica en el centro médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, utiliza un lápiz láser para rastrear los tatuajes y les quemaron en la cara del señor Widner.
Después de un par de sesiones, se dio cuenta de su paciente era demasiado dolor y que tendría que darse un anestésico general cada vez.
Señor Widner ahora sufre frecuentes migrañas y tiene que permanecer fuera del sol causa del tratamiento pero dice: "Es un pequeño precio a pagar para volver a ser humano".
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